La inclusión laboral no solo beneficia a quienes históricamente han sido excluidos del mercado laboral, como personas con discapacidad, minorías étnicas o mujeres, sino que también aporta ventajas para las empresas. Las organizaciones inclusivas tienden a ser más innovadoras, a retener talento diverso ya mejorar su imagen pública, lo que resulta en un entorno más productivo.

Implementar políticas de inclusión laboral implica crear un entorno en el que se valoren las diferencias individuales, se ofrezcan oportunidades equitativas de crecimiento y se promueva una cultura de respeto y colaboración.